Cuento de Sant Jordi
En un mundo digitalizado y post-pandemia, el caballero Sant Jordi no tenía trabajo; de manera que se puso a estudiar cursos gratuitos de SEO y marketing online.
Esto pasó en un país que tenía un rey déspota que no permitía a su pueblo usar la señal wifi.
Y había un dragón que se comía a la gente.
O sea, primero los secuestraba, los retenía en su cueva, y después se los iba comiendo.
Cada día uno.

Al rey le importaba un pito la gente, solo quería sus impuestos para pagar internet y comprar droga.
Pero un día el dragón le secuestró la hija.
¡Amigo! Esto ya es otra cosa. La familia real no se toca. De manera que buscó en internet algún caballero que matara dragones.
Sant Jordi, que se había currado muy bien el posicionamiento,
salía en Google.
Además, era muy bueno; en tres horas, el dragón estaba muerto y la gente liberada. Un servicio inpecable.
El rey, contento, le ofreció droga o lo que quisiera. Pero Sant Jordi le contestó:
– Rey, solo pido que dejes a tu pueblo usar el wifi para que se puedan suscribir a mi newsletter.
El rey se partía de risa.
– ¡Jajaja, qué burro! Una newsletter, dice. como si eso tuviera futuro…– y reía tan fuerte, que se atragantó y murió allí mismo.
A partir de entonces, el pueblo, libre, pudo tener wifi y recibir cada día una rosa